Cuando ocurre un accidente grave, una emergencia o un evento traumático en el entorno laboral, la respuesta inmediata se centra correctamente en la seguridad física: atender lesiones, aislar peligros y activar los protocolos de emergencia. Sin embargo, existe una segunda capa de atención tan vital como los Qué son los primeros auxilios físicos: los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP).
El PAP es la respuesta humana y de apoyo a las personas que acaban de pasar por un evento angustiante o peligroso, con el objetivo de estabilizar emocionalmente, reducir el sufrimiento inicial y facilitar la adaptación a corto plazo. No es terapia, sino un apoyo práctico y no invasivo ofrecido por personal capacitado de la empresa (brigadas de emergencia, líderes de seguridad o personal de RR.HH.).
El Impacto Psicológico del Accidente Laboral
Un accidente o emergencia no solo genera daño físico; también desencadena una crisis psicológica que, si no se maneja adecuadamente, puede llevar a condiciones crónicas como el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), ansiedad, depresión o un alto nivel de El estrés laboral. Esto se relaciona directamente con la gestión de los Riesgos psicosociales en el entorno de trabajo, los cuales son una preocupación creciente en la Salud Ocupacional según la OMS.
Los afectados pueden ser:
- Víctimas Directas: Quienes sufrieron la lesión o experimentaron el peligro de forma directa.
- Testigos y Rescatistas: Compañeros que presenciaron el evento o que formaron parte de la Funciones de la brigada de seguridad y vigilancia.
- Líderes y Jefes: Aquellos responsables de la gestión de la crisis.
El PAP busca mitigar las reacciones agudas comunes como el shock, la confusión, el llanto incontrolable, la desorientación o la hipervigilancia.

El Modelo de Intervención: Mirar, Escuchar y Conectar
El PAP se estructura en torno a tres acciones sencillas, pero poderosas, que el personal de apoyo debe seguir:
1. Mirar (Evaluar la situación y las necesidades)
- Garantizar la Seguridad: Antes de acercarse, asegúrese de que la persona afectada y usted mismo están fuera de peligro físico.
- Identificar Necesidades Urgentes: ¿La persona tiene lesiones que no han sido atendidas? ¿Necesita agua, abrigo o un lugar tranquilo y privado?
- Identificar la Crisis Emocional: Observe si la persona está muy angustiada, desorientada, o si tiene reacciones desproporcionadas o peligrosas.
2. Escuchar (Acercamiento no invasivo y validación)
Esta es la fase más crucial y requiere una comunicación empática:
- Acercamiento Calmado: Preséntese y ofrezca ayuda de forma tranquila.
- Escucha Activa: Permita que la persona hable, pero sin presionarla. A menudo, las personas no quieren hablar de lo sucedido de inmediato, y eso está bien. Si deciden hablar, escuche con atención, sin interrumpir ni juzgar.
- Validación: Reconozca la dificultad de su experiencia. Frases como: “Lo que sentiste fue aterrador” o “Es normal sentirse confundido después de algo así” ayudan a validar sus emociones.
- Evitar Clichés: Nunca diga frases como “Cálmate”, “Tienes suerte de estar vivo” o “Todo va a salir bien”.
3. Conectar (Apoyo práctico y recursos)
El objetivo final es facilitar la conexión de la persona con el apoyo práctico y profesional:
- Asistencia Práctica: Ayude a la persona a satisfacer sus necesidades inmediatas. Por ejemplo, contactar a un familiar, encontrar un lugar donde sentarse o coordinar el transporte seguro a casa.
- Información Clara y Sencilla: Ofrezca información sobre el evento de forma transparente (si está disponible) y sobre los pasos a seguir a nivel empresarial (reporte, seguimiento médico).
- Enlace con Profesionales: Conecte a la persona con los recursos de salud mental de la empresa o la comunidad. Esto puede ser un Programa de Asistencia al Empleado (PAE), un psicólogo laboral o el servicio de salud ocupacional.

Conclusión
El uso de Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) en el entorno laboral transforma la forma en que una empresa maneja la crisis, elevando el valor de la seguridad de la mera prevención de lesiones a la protección integral del bienestar del colaborador. Al invertir en la capacidad de su personal para ofrecer apoyo emocional inmediato, la empresa no solo cumple con su deber de cuidado, sino que fortalece la cultura de prevención, la lealtad y la resiliencia de toda su fuerza laboral.